miércoles, 13 de marzo de 2013

Los animales también construyen


Al igual que podíamos encontrar arquitectura en los fondos marinos, también podemos encontrar grandes construcciones hechas por animales. Todas ellas fabricadas sola y exclusivamente con materiales naturales y de fácil adquisición, relacionado también con el animal del que procede.

Arañas:
 La gran diferencia, entre estos animales constructores y nuestra especie radica en “la extraordinaria capacidad de aprendizaje, de innovación y de creación del ser humano; los materiales que utiliza y las técnicas y diseños constructivos que emplea han dado como resultado una evolución extremadamente rápida y rica de sus construcciones”. Así aunque la estandarización de las construcciones es algo que existe desde las sociedades de insectos, que la transmisión cultural de generación a generación existe en las aves que construyen pérgolas o que la educación se da también en los primates superiores actuales, la consideración de estas tareas constructivas como arquitectura, es decir, algo dotado de valor estético, planificadas por un diseñador, existiendo un control jerárquico y, sobre todo, un concepto de “autoría” sí parece algo único en la especie humana.


Hormigas:
Echen un vistazo a este vídeo de una increíble pieza de arquitectura “un hormiguero”. Después de verter una tonelada de cemento a través del acceso del hormiguero para lograr ver la forma de todos los túneles, un equipo de profesionales sacó alrededor de 40 toneladas de tierra para alcanzar el hormiguero. Una red parecida a un metro, genera un intenso sistema de túneles y ramas laterales con rutas y conexiones cortas para disminuir el tiempo de circulación. La planificación es tan coherente que parece haber sido diseñado por un arquitecto. Es asombroso pensar y ver que miles de hormigas diseñaron y construyeron un sistema que se extiende por más de 50 m2 y 8 metros de profundidad.



Castores:
Las madrigueras de los castores son estructuras únicas; existen varios tipos, dependiendo del lugar donde estén localizadas. Al construir diques en los ríos, pueden crear lagunas con un nivel de agua constante, donde a veces construyen sus madrigueras. Estos nidos consisten en una especie de construcción formada por palos, ramas, hierba y musgo entretejido, y presentan una cámara central a la que se accede por debajo del agua. Esta cámara tiene el suelo sobre el nivel del agua y posee dos entradas: el castor utiliza la primera para entrar con madera y tiene una trayectoria recta e inclinada; la segunda la usa para entrar y salir, y desciende hacia el agua de forma más abrupta y directa. La habitación interior puede medir 2,4 m de ancho y hasta 1 m de alto; el suelo está cubierto con cortezas de los árboles, hierba y pedacitos de madera. Además, puede haber una cámara adicional para almacenar estos materiales. El castor repara la madriguera continuamente, con lo que aumenta de tamaño año tras año. Otro tipo de madrigueras son túneles sencillos excavados en las orillas de ríos y lagos.

Abejas:

Las abejas utilizan la cera que ellas mismas segregan para hacer los panales. Los panales o celdillas tienen seis lados, pero hay celdas especiales, unas que son un poco mayores que las primeras, que es donde nacerán los machos, tienen el opérculo redondeado.

Otras celdillas adoptan la forma de abultamiento semejando a una bellota caída hacia abajo, son más anchas y largas que las de los zánganos. En estas ultimas nacen las reinas, y se les llama realeras. Por lo tanto en los panales podemos encontrar miel, polen, y cría de todo tipo desde solo abejas a abejas y zánganos y a veces con realeras.

Hay panales que solo contienen miel en las celdillas, nada de cría ni de polen, estos son los más apropiados para la extracción de la miel, por su peso regular a efectos de centrifugado en el extractor y por la pureza de la miel. Es conveniente cambiar las ceras de los cuadros cuando estas presentan un color bastante oscuro, señal ya de mucho uso, y además podemos observar durante las inspecciones que las abejas abandonan estos cuadros aunque los necesiten. Al no ver las abejas ocupando estos cuadros de cera gastada, es señal segura de que hay que retirarlos sustituyéndolos por otros en buen estado o nuevos, según le interese al apicultor.



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